El PAN, uno de los integrantes de la coalición detrás de la candidatura presidencial de Xóchitl Gálvez, no deja de lado sus posturas arcaicas a pesar de que la sociedad ha avanzado… o eso pensamos, y me refiero específicamente a los acuerdos firmados con organizaciones catalogadas como de ultraderecha, mismas que han mantenido relaciones con Acción Nacional desde su nacimiento.
El encuentro se llevó a cabo en la sede nacional del PAN, mismo al que asistieron representantes del Consejo Mexicano de la Familia, de la Unión de Padres de Familia, del Frente Nacional por la Familia, del Instituto de Análisis de Política Familiar y de la Universidad Intercontinental, ya saben, los amigos (de ultraderecha) de siempre y otros agregados.
¿Por qué comentó esto, niños y niñas? Sencillo, hace mucho tiempo, antes de que ustedes y yo mismo llegáramos al mundo, en México surgió un fenómeno, por no llamarlo quimera aberrante, al que se le consideró ultraderecha debido a las posturas que tenían los grupos que la conformaban, entre las que se encuentran rechazo al aborto, a la orientación sexual diferente a la heterosexual, así como una férrera postura anticomunista.
Este último punto es interesante porque en aquellos lejanos tiempos, en su ilusión (mejor dicho, estupidez) se pensaba que quienes tenían una ideología comunista eran ateos y por nada del mundo podían creer en Dios… claro, porque hay mucha lógica en que ser capitalista implica creer en una deidad creadora. El mundo está loco.
Pero volviendo al tema, niños y niñas, en la actualidad, la ultraderecha tiene relaciones con muchas organizaciones y mantiene su agenda, solo que esta ha cambiado hacia la defensa de la vida desde la concepción, la promoción y protección del modelo tradicional de familia, el rechazo a la ideología de género (lo que sea que eso signifique en su entendimiento), el rechazo al aborto y el rechazo a la legalización de las drogas (porque las drogas son del diablo, niñas y niños).
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Lo más interesante de este evento, en el que estuvo presente Marko Cortés (sí, Marko con “k”), presidente nacional del PAN y algunos miembros del consejo del partido, no fue solo que reafirmaron las convicciones con las cuales se fundó la organización política, sino que no estuvo presente su candidata presidencial, Xóchitl Gálvez.
Tal vez le parezca raro, pero no lo es tanto y es que Xóchitl ya desde hace un tiempo dejó en claro su postura en cuanto al derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo así como en cuanto a la política de drogas y no coinciden con las de las organizaciones de ultraderecha amigas del PAN.
Independientemente de lo que plantea el acuerdo firmado por el PAN, el punto de todo esto es con quién lo firmó y es que parece que Acción Nacional no va hacia adelante sino para atrás, manteniendo relaciones con organizaciones e ideologías que en el pasado causaron daño. En serio causaron daño y si no me creen, echen un vistazo a La Ultraderecha en México de Manuel Buendía.
Habrá que observar muy bien qué sucederá con estos grupos y el PAN en caso de que Gálvez llegue a la silla presidencial porque de una u otra manera van a exigir que se cumplan esos acuerdos e impulsar su agenda, quiera o no la presidenta.