IMAGEN 👩🏼🦰 + DINERO 💵 + PODER 💎 = ENGAÑOS 👿🥸
Todos alguna vez hemos mentido o fingido… Sí, ¡tú también lo has hecho! Aunque tal vez sólo has dicho una mentirilla blanca una vez en tu vida, ¡pero claro que lo has hecho! ¡De ley! Incluso, para algunas personas, ¡es hasta inevitable mentir para salirse con la suya! O peor aún, hacerse pasar por otra persona para cumplir ciertos objetivos, sin darse cuenta de que toda su vida ha sido una completa mentira. Tú crees que, vivir en la mentira, ¿es vivir? ¿Se puede mantener una mentira para siempre? ¿O la verdad, de alguna u otra manera, tarde o temprano, termina por alcanzarnos?
¿A qué voy con todo esto? El pasado mes de febrero del 2022, Netflix estrenó la serie ‘‘Inventando a Anna’’, la cual, está basada en la historia real de una mujer estafadora llamada Anna Delvey. Sabiendo que era una estafadora, ya te imaginarás por qué hablo de las mentiras. Básicamente, Anna fingió durante mucho tiempo ser una heredera millonaria, engañando así a cientos de diseñadores, amigos, ¡incluso artistas famosos! Esto le permitió llevar una vida llena de lujos; claro, ¡eso estaba increíble! ¿A quién no le gustaría tener una vida con tantos lujos?
Pero Anna no se daba cuenta de algo muy importante… ¡SU VIDA ERA UNA COMPLETA MENTIRA! Y es aquí donde digo, ¿se puede vivir feliz y plenamente así?
Te cuento más acerca de Anna y por qué tomó la peor decisión de su vida. Anna Delvey, en realidad, se llama Anna Sorokin, y nació en Rusia en 1991; sí, ¡está bastante joven para haber cometido tantos crímenes! Y creo que, desde su infancia, le surgieron estos deseos de tener lujos y riquezas, pues según diversos medios internacionales, Anna nació dentro de una familia obrera y con muy pocos recursos, y no soportaba esa situación, porque se sentía menos. Se podría decir que, desde niña, se volvió muy ambiciosa.
Cuando cumplió 16 años, su familia se mudó a Alemania, y para el 2011, ella se mudó a Londres, donde acudió a la prestigiosa Central Saint Martins, una escuela de diseño de modas, porque era lo que más le interesaba estudiar.
Estudiando ahí, empezó a irle muy bien, ya que consiguió diversos contactos y relaciones con el medio. Meses más tarde, consiguió un puesto como becaria en la revista ‘‘Purple’’, donde optó por cambiarse el nombre a ‘‘Anna Delvey’’, lo que la llevó a convertirse en una influencer de Instagram, pero al mismo tiempo, comenzó a acumular algunas deudas.
Colegio Central Saint Martins
En el 2013, fue enviada a cubrir la Semana de la Moda en Nueva York, y la ciudad le fascinó tanto, que decidió quedarse a vivir ahí. Entonces, fue ahí donde comenzó a conocer celebridades, editores de revistas famosas y diseñadores. Realmente, ¡todo iba muy bien en su vida! Claro, a pesar de las deudas, pero todos llegamos a acumular deudas alguna vez, ¿no?… ¿O sólo yo?
Pues bueno, es a partir de este momento cuando la estafadora Anna Delvey sale a la luz y empieza a realizar sus fraudulentas operaciones. A pesar de sus planes deshonestos, Anna también tenía sueños, ¿sabes? ¡Como todos!
En particular, deseaba crear una fundación y un club nocturno con su nombre, pero la poca cantidad de dinero con la que contaba y sus innumerables deudas que ya tenía acumuladas, le impedían dar este paso, ¡pero nada la detuvo! Era tan calculadora que tuvo la brillante y a la vez oscura idea de contarle a todos sus conocidos, ¡que era una heredera millonaria! Poseía una enorme habilidad para construir un personaje que, junto con los primeros contactos que había hecho, le abrieron casi todas las puertas.
Es que, ¡imagínate! La historia de una rica heredera, hija de un potentado alemán, poseedora de un fideicomiso de 67 millones de dólares, el cual, podía cobrar cuando cumpliera 25 años. ¿Cómo se le pudo haber ocurrido? ¿Tú le hubieras creído?
Entonces, Anna comenzó a pedir donaciones, las cuales, ella dijo que serían pagadas en cuanto pudiera acceder al supuesto fideicomiso sacado de su intelectual cabecita, pero, lo que no sabían sus conocidos, ¡es que ese fue el sombrío comienzo de su vida como estafadora!
Vaya, hasta yo me estoy sorprendiendo con su historia. Esta chica era tan cínica, que el dinero de esos conocidos que le donaban para, según, cumplir sus sueños, ¡lo usaba para pagarse hoteles de 5 estrellas, viajes de lujo a lugares costosos, fiestas exclusivas, vacaciones en paraísos con todas las comodidades y ropa y accesorios de marcas carísimas y de diseñadores! Qué conveniente para ella, ¿no? Como si esos conocidos suyos fueran realmente cientos de ‘‘sugars’’ complaciéndola, ¡y sin que lo supieran!
Te sorprenderá saber que aún hay algo peor que eso. ¿Sabes qué es? Con el fin de ‘‘garantizar’’ esos préstamos, Anna fingió de manera fraudulenta ser su propio aval en Europa, falsificando transferencias bancarias (quién sabe cómo) y estados de cuenta para hacerle creer a los bancos estadounidenses que estaba a punto de recibir una ganancia inesperada de 67 millones de dólares por parte de su padre. ¿Neta, Anna?
No cabe duda que, hasta para decir mentiras, ¡hay que ser bastante inteligentes! Yo me pregunto, ¿qué tanto vivirá dentro de la cabeza de un mitómano? ¿Ni siquiera dormirá por estar formulando sus mentiras del siguiente día? ¿Qué es lo que verdaderamente esconden? Da miedo pensar en eso, ¿no crees? Hasta la persona más inocente podría convertirse en el peor criminal de toda la historia, con tan sólo engañar y fingir.
PERO BUENO, ¿QUÉ PASÓ CON ANNA DESPUÉS?
Fue en el 2017 que todo empezó a irse abajo para ella. Empezó a ser desalojada de los hoteles debido a falta de pago, razón por la que se comenzaron a presentar cargos en su contra, y para el 2018, finalmente fue detenida. Las autoridades decían que cometió ”crímenes con guante blanco”, porque, la verdad, ¿quién podría dudar de ella, siendo tan buena fingiendo?
Pobre Anna, pero, ¡ella se lo buscó! En el 2019, se declaró culpable de delitos como robo de servicios, hurto y estafa. Fue sentenciada a 12 años de prisión y a una multa de 24 mil dólares, además de una restitución de casi 200 mil dólares.
Así que, en efecto; actualmente, sigue pagando su condena, pero aún con eso, ¡ella mantiene su sentido del humor y sentido de grandiosidad! Al parecer, sí le dio gusto que hayan realizado una serie de Netflix basada en su vida, porque hasta le dice a los medios de forma altanera y orgullosa: “Dime que soy especial sin decirme que soy especial“. Pues bueno, al menos sus crímenes obtuvieron algo bueno y mantiene una actitud positiva. Tú, ¿cómo te sentirías?
Dime, después de conocer la historia de Anna, ¿seguirías mintiendo o fingiendo para salirte con la tuya? Créeme, no importa lo que pase ni cuánto tiempo transcurra, pero tarde o temprano, nosotros mismos nos volvemos víctimas de nuestras propias mentiras, como si hubiéramos cavado nuestro propio agujero sin darnos cuenta, justo como le sucedió a la famosa estafadora Anna Delvey.